No dejen flopear a Demi (de nuevo)

ENTREVISTA Y OPINION

Andrea Nempeque

@dandretail

La Demi Lovato de 2022 le habría pateado la cara a la Demi de 2025 que desenterró el pop, estrenó ‘Fast’, una canción dance-pop, y volvió a ser la "artista de pop perfecta" que le agrada al mundo entero.

Su regreso coincide con su cambio físico, al parecer mental, y la reciente tranquilidad y felicidad que muestra con su ahora esposo Jordan Lutes —Jutes—. Intencional o no, su renacimiento le hizo recuperar a los fans que perdió durante la era Holy Fvck, una etapa que, en lugar de consolidar su base de seguidores, estuvo marcada por burlas, críticas a su apariencia física, juicios sobre sus decisiones personales y hasta celebraciones malintencionadas por la baja asistencia para una época en la que todos los shows eran sold out.

En ese momento, Demi quiso dejar atrás la artista pop, que hablaba de descubrirse y redescubrirse, de su batalla con las drogas, de cómo eso casi le cuesta la vida en 2018 luego de una sobredosis y un abuso sexual, y de todo lo que le hiciera ver a través del espejo retrovisor.

Por eso en 2022, tan solo un año después de haber estrenado su séptimo álbum ‘Dancing with the devil… The Start of Starting Over’, en el que hablaba de su recuperación, los obstáculos y el camino hacia el empoderamiento, le hizo un funeral a su música pop, cerrando así una etapa y dándole la bienvenida a una nueva en la que el rock y punk serían los protagonistas.

Estrenó su primer single, ‘Skin of my teeth’ y la estética era otra. Demi ya no tenía el cabello largo, los vestidos largos quedaron atrás y en su lugar estaba su versión más rockera. Vestida de negro, con el cabello corto y los sonidos más intensos y crudos.

Poco después de anunciar su nueva faceta, Demi confirmó su regreso a los escenarios con el Holy Fvck Tour. Pero cometió, en mi opinión, un error estratégico: lanzó el álbum solo seis días después de iniciar la gira. Para un público saturado de propuestas y con nuevas canciones que aún no habían tenido tiempo de digerir, la conexión inmediata era difícil.

Además, eligió abrir el tour en países como Brasil, Colombia, Argentina y Chile, en lugar de arrancar por mercados donde podía generar mayor ruido mediático inicial. El resultado fue que muchos no conocían las letras, no había un “hype” previo y el mensaje de que Demi estaba de vuelta se diluía frente a otros lanzamientos.

En Colombia, por ejemplo, la asistencia fue baja y esos tropiezos afectaron su imagen como artista y la hicieron ver como una artista en declive que estaba perdiendo fuerza. Las burlas en internet no se hicieron esperar aun cuando estaba apelando a la nostalgia lanzando las versiones rock de algunas de sus canciones más icónicas.

Hay quienes repiten que el físico no importa en la música, pero la realidad es otra. En febrero de este año Demi reapareció en TikTok con la versión física más cercana a sus años dorados en Disney, de repente, todas y todos se acordaron de su existencia y la alabaron por cómo se veía.

Quienes un día la odiaron se dieron cuenta de que Demi volvía a tener el cabello largo, estaba delgada, era mucho menos “problemática”; no estaba cantándole a fantasmas ni destruyendo puestos de helado en sus historias de Instagram. Y entonces recordaron que, detrás de esa faceta polémica y descontrolada, estaba la protagonista de Camp Rock, de Sunny entre estrellas, la de los hits como Cool for the Summer, Heart Attack o La La Land.

Por eso, cuando se unió a las tendencias de las rodillas juntas de This is me, volvió al local de yogurt a decir que por fin había encontrado el producto que había estado buscando y se rió de los memes que han rondado por años en internet, su regreso al pop fue casi que un final anunciado.

Las reacciones no se hicieron esperar y la celebración conjunta tampoco. Qué hipócritas podemos ser como público cuando algo no se ajusta a nuestros estándares.

Demi estrenó ‘Fast’, una canción de dance-pop perfecta para escuchar en un bar, a las 3 de la mañana, con los ojos cerrados, dejándose llevar por los cuerpos danzantes y sudorosos del lugar. Una experiencia que encaja con el concepto de su video, donde camina decidida y segura mientras ignora el caos a su alrededor.

La primera vez que vi el video, me transporté a I Love Me, un single que lanzó en 2020, en donde camina por una calle a media tarde y recuerda las etapas de su vida: desde la búsqueda de audiciones con su mamá y su hermana, hasta su sobredosis. Ahí muestra la pelea constante que tiene con ella misma. Incluso, aparecen en dos ocasiones los Jonas Brothers con quienes no terminó en los mejores términos. A los tres les lanza una mirada de superioridad que no pasa desapercibida para el que esté al tanto del lore, pero que ahora es innecesario recordar puesto que todo parece indicar que vienen tiempos de paz por los rumores sobre una tercera parte de Camp Rock.

Por su parte, en ‘Fast’, no hay espacio para mirar a nadie, para desviarse o dudar. Ella tiene claro su objetivo y cada uno de los pasos que da. Rememora el pasado con sus momentos vergonzosos o virales que hacen parte de ella y que, de una u otra manera, han ayudado a construir a la persona que es hoy. Es una canción pegadiza, con un coro repetitivo, con un timing perfecto para buscar una posibilidad y llevarse la corona como la canción del verano.

Luego de su lanzamiento, la canción subió como espuma, hoy cuenta con más de 6 millones de reproducciones y en tan solo una semana ya se convirtió en la tercera más escuchada de Demi en Spotify.

Lo cierto es que el lugar dispuesto para Demi en la industria sigue siendo ocupado por ella y ni Charli XCX, ni nadie podrá llenarlo. Depende de ella y de su público porque de Demi se pueden decir muchas cosas, pero nunca que no sabe retratar su vida en su arte.

La nueva etapa de Demi empezó pisando fuerte, recordándole al mundo que sigue vigente y que puede reinventarse cuantas veces quiera sin perder la esencia que la hace única.

Pubicado el 19.08.2025

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