Ring ring ring: Tyler, the creator is calling
(Y no es necesario hablar, solo bailar)
ENTREVISTA Y OPINIONSUGERENCIAS
Laura Bonilla
7/31/20252 min read
El pasado 21 de julio, el rapero estadounidense Tyler, The Creator lanzó su noveno álbum de estudio Don’t tap the glass. Un disco contundente compuesto de 10 canciones que suman menos de 29 minutos. Este trabajo transita entre el hip hop, el funk y el pop, trayendo consigo un mensaje simple pero poderoso: honestly, baby, i don’t give a fuck.
En plena gira mundial y a menos de un año de su álbum anterior Chromakopia, Tyler le apostó a este nuevo lanzamiento. Para muchos, Don’t tap the glass funciona como una continuación rítmica de ese mismo proyecto ¿Lo es? No lo sé, tú dime.
Este disco no necesita un mensaje profundo para sentirse, solo necesita volumen alto.


En un comunicado que él mismo publicó en X, explicó que la chispa del disco fue una reflexión sobre el miedo actual a “hacer el ridículo”:
– “Le pregunté a algunos amigos por qué no bailan en público y me dijeron que por miedo a ser grabados. Pensé: ‘carajo’…”
Y así nació el concepto de este álbum: una reflexión al movimiento y las acciones sin juicio, sin cámaras, sin miedos. Para reforzarlo, asistió a una listening party del mismo álbum sin celulares, con 300 personas disfrutando al ritmo del disco. “Fue una de las mejores noches de mi vida”, dijo. “Este álbum no fue hecho para quedarse quieto”.
Aunque Don’t Tap The Glass no es conceptual en estructura, sí tiene un trasfondo emocional claro, un tipo de nihilismo que brilla. ¿Nihilismo que brilla? Pero si el nihilismo nace también del pesimismo (?) 🤔
Bueno, la música redefine conceptos. Aquí el nihilismo no está presente desde la resignación o el enojo sino del disfrute, desde la liberación de ser quienes somos y romper esa cadena de miedos que nos han infundido.
Tyler lanza frases como “I don’t consent, I don’t give fucks” o “Fuck the high road”, que precisamente no vienen desde el enojo sino desde la libertad. Una libertad sin permiso, sin reglas, sin culpa.
No se trata de destruir el mundo, sino de reconstruirlo desde el instinto. Si quieres decir algo, dilo; si sientes algo, exprésalo; si te da la gana de bailar, hazlo.
¿Tendremos Don’t tap the glass en Latam? Vamos a averiguarlo…
Pero ya saben, si viene soltemos el teléfono y bailemos como si nadie nos estuviera mirando.