Tropicoqueta: el álbum con el que Karol G nos recordó quiénes somos

ENTREVISTA Y OPINION

Alejandra Sanchez

7/21/20252 min read

Colombia siempre ha sido Tropicoqueta. Y no, no estoy exagerando. Lo que creo es que, de alguna forma, en medio del auge del reguetón y los nuevos ritmos de los últimos años, se nos había olvidado esa esencia latina con la que todos crecimos.

Las opiniones frente al nuevo álbum de Karol G están divididas. Y aunque yo soy de las que ama este nuevo trabajo, no pretendo que este artículo sea exclusivo para quienes piensan como yo. Pero es innegable que el 20 de junio de 2025, Carolina nos dio una clase maestra de cómo volver a nuestras raíces. Nos recordó lo que se siente una Navidad en casa con los abuelos o una mañana de aseo al son de las baladas de mamá.

Canciones como ‘Papasito’, ‘Coleccionando Heridas’ y ‘No Puedo Vivir sin Él’ están tan ancladas a la naturaleza latina que ni siquiera hace falta decir de dónde es Carolina para entender el álbum. En ‘Amiga mía’, por ejemplo, la cercanía creada con Greeicy es magistral para quienes sabemos que nuestras amigas son esenciales. La sensibilidad de esa canción la convierte en una escena cotidiana, en un pedacito de vida real.

No quiero dejar de lado la polémica surgida por el parecido —o “inspiración”— con otras canciones que ya habíamos escuchado. Pero como dijo Karol: “La inspo es inspo. Una cosa es inspiración y otra cosa es copiarse”.

Y en este punto me surgen varios cuestionamientos que quisiera dejar abiertos a todos los lectores… ¿Lo que se le exige a Karol con este álbum es no “copiarse”? ¿O más bien ha generado molestias porque se salió de su zona de confort, esa zona del “chispún” al que tenía acostumbrados a sus fans? ¿Qué pasa entonces con la versatilidad de los artistas? ¿Estamos en una sociedad tan saturada de reguetón que si un ícono mundial cambia su estilo, lo cancelan?

No creo que sea casualidad que en TikTok, por ejemplo, Tropicoqueta haya generado un trend que evidencia el buen recibimiento del público. Y eso sin hablar de la magistral estrategia de marketing que utilizó Karol para promocionar el álbum: una telenovela, videoclips cargados de sentimentalismo y hasta una experiencia sensorial en Airbnb. Lo hizo todo bien.

Soy de las que piensa que la música latina —no solamente el reguetón— es parte fundamental de la vida. Yo también crecí con tecno-merengue, vallenatos románticos, salsa y las baladas de mi mamá, que me han acompañado en más de una tusa.

Tropicoqueta es más que un álbum: es un recordatorio de que este país está construido sobre bases musicales, sobre miles de influencias culturales que se entrelazan para consolidar una identidad rumbera, romántica y con raíces profundas. Y como latina, colombiana y, sobre todo, mujer, me siento muy orgullosa de que la bandera tricolor siga siendo tema de conversación en todo el mundo. Y esta vez, no por las drogas, la violencia o la prostitución (situaciones que no niego que existan y a las que el reguetón hace referencia), sino porque alguien se atrevió a mostrar otra cara de lo que somos.

Que una mujer colombiana le recuerde al mundo que nuestra identidad va mucho más allá del beat comercial es, para mí, un acto de valentía artística. Y si eso no es ser Tropicoqueta, entonces no sé qué lo es.


Una reflexión sobre las raíces, la identidad y el riesgo de salirse del molde en una industria que castiga la versatilidad.

Por María Alejandra Sánchez Carvajal